Por Gabriela Rodríguez
Para la década del siglo XXI, el participante en el proceso educativo deberá ser considerado como un cliente donde el facilitador, en la institución educativa deberá facilitarle una serie de elementos para el aprendizaje significativo, como se desarrolla en el constructivismo social, debido a que este estudiante en formación será proyectado y preparado en función a la demanda de necesidades de las comunidades, y en el mismo proceso lograra incorporar herramientas como las TIC y elementos adquiridos a través de los nuevos enfoques del aprendizaje, para la promoción y construcción de planes y proyectos sustentables, en base a solventar situaciones de su índole, donde deberá asumir un rol Constructivista, demostrando sus habilidad, destrezas y aptitudes ante la situación.
Hoy en día, la Nación esta transitando por un proceso de racionamiento, en virtud de nuestros recursos naturales, y de nuestra calidad de vida, y sobre todos los seres vivos nos vemos responsables directamente de asumir algunos retos, esto no escapa del proceso educativo, en donde el facilitador deberá asumir y rescatar una serie de estrategias que sobre todo eviten la perdida de continuidad en el plan académico y a su vez la eficacia y eficiencia en la trasmisión de conocimientos, es por ello que el estudiante del siglo XXI deberá ver en ejercicio y practica las fortalezas en el docente o facilitador y el entorno social en el cual se desarrolla, para vivir mejor en el sistema que lo atañe.
Deberá se un profesional con Competencias definidas para lograr enmarcarse en el área de su interés, de esta manera fortalecerá sus habilidades y el éxito en el ejercicio estaría a su alcance.
Las experiencias del día a día, le permitirá desarrollar un análisis reflexivo sobre las necesidades o situaciones problemáticas, y a su vez el individuo lograra empleando su creatividad buscar la solución mas próxima a la realidad preservando la idiosincrasia o cultura de la comunidad, puesto que en la etapa de aprendizaje logro conocer que no se pretende cambiar la naturaleza del individuo solo transformarlo para un que aprenda a vivir en mejores condiciones en su ambiente social, esto será una capacidad en el estudiante del siglo XXI, ejerciendo actividades sociales y apoyadas en herramientas tecnológicas, para afrontar el tiempo y disponibilidad de los recursos, donde la información en los medios abren a las instituciones la oportunidad de apoyar al estudiante con aptitud y actitud no solo en el conocimiento teórico, sino en las experiencias vivas propias, y de su grupo.
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